Somos el producto de nuestros
pensamientos.
Lo que viene de adentro nos construye.
Si solamente creamos amarguras, rencores
y negaciones, pues nuestra vida será una casa
siempre en ruinas.
Si por el contrario somos
creadores de amor, alegrías y certezas,
nuestra casa será una
construcción bella y
sólida, rodeada de flores y
árboles frondosos.
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